A finales de octubre, en Praga, hubo un megapuente para muchos de los erasmus, ya que el martes 28 fue fiesta nacional y los viernes casi nadie tiene clase, así que se nos presentaron 5 días de vacaciones que olían claramente a desbandada general por Europa. Muchos se fueron a Polonia pero yo opté por unirme al grupo de Joaquín que tenían pensado ir a Hungría y Austria. El jueves por la tarde fuimos a comprar los billetes de tren, previamente habíamos reservado en los hostales "Dominó" de Budapest (muy bueno) y "Blue Corridor" en Viena (muy malo). Cuando me dí cuenta me faltaba tiempo para prepararme la maleta (gracias Joan) y descansar unas horas ya que a las 6 de la mañana salíamos hacía la estación de tren de Praga. Nuestro primer destino fue Budapest, una ciudad con un aire a Praga, más grande pero más vieja y descuidada a excepción de los monumentos que hacen que tenga un encanto especial.
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